Carta escrita por el Sensei José Francisco Manzano, aunque es una carta que escribió a algunas personas a nivel personal (se que no le va a parecer mal que la ponga en la web), me gustaría compartirla con todos vosotros, ya que es una carta que nos hará pensar a todos un poquito.
Enhorabuena Sensei Manzano.
EL SECRETO DE LA MEJOR TÉCNICA DEL BUJUTSU
Hace unos días, hablando con alguien (aunque ahora no logre recordar exactamente el tema de nuestra conversación), me puse a recapacitar sobre algo que me estaba comentando la otra persona; afloraron de mi boca unas
palabras a las cuales llevo mucho tiempo dándole vueltas: “La técnica más valiosa del BUJUTSU consiste en intentar ser siempre mejor persona”; salieron así, tal cual. Muchas veces he pensado en ello pero me sorprendí de mí mismo cuando, tal cual, se las “espeté” a mi interlocutor.
Tanto me sorprendió que me prometí a mí mismo que algún día escribiría una pequeña reflexión, por amistad y compañerismo, para compartirla contigo:
“Podemos estar horas en un tatami, días enteros, años, intentando practicar y aprender cada ínfimo detalle de ésta o aquella técnica; pero fracasaremos en la excelencia si todo ello no nos estimula para sacar a flote lo mejor de nosotros mismos.
Antiguamente el BUJUTSU era muy valioso para poder salvar la vida pero el verdadero sabio intentaba aplicar a la vida más de ese “BUJUTSU” a medida que más aprendía de él. El crecimiento como practicante en el Arte Marcial, como buen BUDOKA, tenía que ir parejo con el crecimiento personal. Por ello el verdadero MAESTRO (con mayúsculas) era el que lograba conseguir este objetivo. Ese MAESTRO cejaba en su empeño si tras de muchas enseñanzas (directas o indirectas), además de duras pruebas, observaba que el alumno no sacaba el fruto deseado tras los muchos esfuerzos. Todo seguía un plan perfectamente trazado: “cuando el alumno está listo…aparece el MAESTRO”. De esta manera, el MAESTRO tenía “alumnos” y ALUMNOS (también con mayúscula). De igual forma que en la vida existen “personas” y PERSONAS.
Sinceramente, podemos practicar mucho pero, a veces, ofrecemos poco de todo el potencial que llevamos dentro. ¿Cuánto tiempo “perdemos” en reflexionar acerca de nuestra evolución como budokas?. La mayoría de las veces nos contentamos con “robar” la parte física de la enseñanza, de la técnica, pero desechamos las enseñanzas que más engrandecerán nuestra personalidad y espíritu.
Parece mentira pero jamás aprendo más BUJUTSU que cuando, en una amistosa charla, mis interlocutores (llámense Soke, Shihan, maestros, sempai, kohai, compañeros…), me hablan de sus experiencias en el camino del Arte Marcial y de la vida. Unas veces estas vivencias son realmente gratas, otras no lo son tanto; pero todas (absolutamente todas ‐siempre y cuando haya elegido bien‐), me ayudarán a forjarme como persona íntegra y con experiencia para que, cuando sea necesario, sepa ofrecer lo mejor de mí mismo; no en una exhibición, ni competición, ni nada por el estilo, sino ante las diversas vicisitudes de la vida.
Nunca aprendo más BUJUTSU que cuando con esas mismas personas comparto momentos de verdadera amistad en viajes, cursos, en un bar con una consumición de por medio, antes, durante y después de sudar en un tatami…son tantas las ocasionesen las que uno puede aprender de los demás que, a veces, nos empapamos de vida y sabiduría sin darnos apenas cuenta de ello ni darle importancia alguna.
Intento acoger con agrado cada pequeño momento que tú me regalas, con intención de compartir conmigo, una porción de tu vida; lo guardo como un tesoro. Por ello, no me siento nada bien en las ocasiones en las que me doy cuenta de que hablé demasiado, escuché poco y apenas te ofrecí nada.
A veces deberíamos preguntarnos qué técnica hemos aprendido hoy. Ante ese interrogante existen muy buenas respuestas: que a la vida, cuando golpea duro, hay que saber esquivarla con un buen tai‐sabaki para poder enfrentarse a ella desde una posición más ventajosa. Que al igual que si queremos aprender una técnica no podemos hacerlo sólo “de cintura para arriba” o de “cintura para abajo” porque nos perderíamos la clave de su completa efectividad, los problemas hay que enfrentarlos de forma global y objetiva. Que cuando alguien necesita algo de mí le ofrezco lo mejor que puedo, igual que ofrezco mi respeto y agradecimiento al compañero que “sufre” mi aprendizaje en el tatami. Hay muchas respuestas correctas, de la misma forma en la que si actuamos también correctamente cada gesto, cada pequeño detalle, cada anécdota…todo adquiere su justo valor; aprende que todo cuenta, todo suma para ayudar a otros a elegir y seguir su camino, no lo olvides.
Fuerza, equilibrio, fluidez, aprender, comprender, honestidad, justicia, cortesía, paciencia, compañerismo, integridad, zanshin, tenshin, tai‐sabaki, yuri‐modoshi, kaeshi‐waza…¡BUJUTSU!. Intenta aplicarlo a tu vida para ser alguien más valioso, una MEJOR PERSONA».
Después de todas estas palabras quizás comprendas por qué llegar a ser mejor persona es la técnica más valiosa. Por ello, a ti compañero, amigo, maestro… por habérmela enseñado TE DOY LAS GRACIAS.
José Francisco Manzano Fernández.-