El Keibô, al igual que muchos otros útiles de combate tiene un origen incierto, aunque parece ser que deriva o evoluciona por el uso de la Saya del Wakizashi, a raíz de aquí escuelas de Yawara, Jujitsu y Taijitsu, desarrollaron numerosos trabajos y perfeccionaron técnicas específicas para transformarlo en un arma muy versátil y con proyección de futuro.
Existe una amplia variedad de armas muy relacionadas con el Keibô, en realidad todas tienen algo en común; su aplicación y técnicas de uso, el material de confección, fundamentalmente la madera, de sección circular u ovalada, y en algunos casos su gran diferencia y/o similitud radica en las medidas de longitud, aquí va una pequeña relación de bastones con más de 500 años de antigüedad, usados por distintas escuelas.
El Sansun hishigi de 10 cm, el Yubi bo de 13 a 15 cm, el Yawara de 16 cm, el Rokusun hishigi de 18 cm, el Hassun hishigi de 20 cm, el Hishigi entre 25 y 35 cm, el tambo de 30 a 60 cm, el Keibô de mas menos 60 cm, el Kali de 60 cm, el Tobak de 70cm, el Hambo de 90 cm, el Jo de 1,20 cm, el Bo o Rokushakubo de 1,80 cm y Yaris (lanzas) de más de 3 m de largo.
Se puede decir que el Keibô es sinónimo de Bastón Policial, siendo uno de los elementos de trabajo del Taiho Jutsu, (Defensa Personal Policial), por lo que siempre formó parte de la dotación que usaron la mayoría de los Cuerpos Policiales (Policía Japonesa, 1946) y Fuerzas de Seguridad en el desempeño de sus funciones, facilitaba su trabajo y nunca ha desaparecido de los Cuadros de Entrenamiento y Formación de diferentes grupos armados o no, dedicados a la seguridad de inmuebles o terceras personas, su eficacia evidencia que hoy en día se siga utilizando.
Lógicamente ha ido sufriendo una evolución con el paso de los años para poder adaptarse a nuevas estructuras profesionales de formación y trabajo, basados en la experiencia a nivel operativo, por lo que hay un numero considerable de bastones policiales; su primer diseño tenia dos ganchos invertidos a la altura de la empuñadura, rígidos y semirígidos, con y sin empuñaduras, con cordones de fijación a la mano, extensibles y telescópicos de dos y tres secciones, (el primer Bastón Extensible se llamaba Tokushu keibô, Policía Japonesa, 1961) de distintos tipos de materiales; resinas, maderas, aceros y aleaciones.
El uso continuo del Keibô facilita y nos permite desenvolvernos haciendo gala de una poderosa arma, que siendo esta un simple trozo de madera nos ayuda a intensificar todas las técnicas del Taiho Jutsu, favoreciendo luxaciones, bloqueos y palancas para resolver una agresión. Además es un elemento muy eficaz para la defensa ante el ataque de ciertas armas, y mejorar los resultados ante personas más fuertes o de una mayor envergadura, nos permite ser más operativos con un menor esfuerzo, facilitando por ello una mejor autoprotección.
Nuestro Keibô tiene unas medidas estandarizadas de 55 cm. de largo por 25 mm de diámetro, estas medidas suponen una evolución en el trabajo dedicado a su estudio, siendo estas las mas adecuadas para el manejo del mismo en el ámbito Policial y/o Militar.
El trabajo desarrollado con este útil es sumamente interesante, nos permite hacer uso de él como elemento motivador en nuestras clases, el Keibo se puede utilizar para la formación y entrenamiento de niños a partir de los 8 años, además tanto para los amantes de las Artes marciales como para todos aquellos que buscan las destrezas y habilidades que otorgan el uso del Keibô, encontraran en él un arma Policial, de uso más o menos cotidiano, útil y necesaria en aquellas situaciones en las que a consecuencia de su trabajo deban hacer uso de él.
Para el trabajo con el Keibô es importante conocer los agarres, existen 4; largo y corto, medio y doble. Con cada uno de estos agarres aplicamos las diferentes técnicas, realizamos bloqueos, palancas, aplastamientos, puntos de presión y de golpeo, luxaciones, estrangulaciones, inmovilizaciones y conducciones.
Es un trabajo organizado, amplio, dinámico, completo, y efectivo. En la realización de nuestros primeros 13 Katas de Keibo Jutsu se hacen del orden de 70 técnicas distintas. Estos movimientos “técnicas”, son la base de nuestro trabajo en Tai Jitsu y al igual que en este caso, el resultado es un trabajo progresivo, tanto para facilitar el aprendizaje de cualquier persona, como para poder iniciar a los más jóvenes.
Técnicas de Golpeo:
En las sesiones de entrenamiento se demuestra la forma correcta de golpeo al aire, golpes directos, verticales y circulares, se buscan impactos en zonas concretas del cuerpo del adversario, el golpeo se hará con el Keibo en toda su extensión, para mantener una mayor distancia por la presencia de posibles armas blancas o contundentes, en estos casos normalmente el golpeo buscará las articulaciones para facilitar los desarmes, en otras ocasiones, cuando las distancias son mas cercanas al individuo, el golpe se dará con uno de los extremos del Keibo, en la mayoría de los casos se usará como elemento de distracción, para aflojar y quitar tensión, preparando al individuo antes de ejecutar una técnica.
Técnicas de Presión:
De forma general se hará con cualquiera de las dos puntas del Keibô, el objetivo es presionar sobre distintos puntos vulnerables del cuerpo para generar dolor, más o menos intenso, o adormecimiento, en función de la fuerza y de la zona que se trabaje. Nos permite trabajar con personas que por su morfología (elasticidad y/o flexibilidad) son más insensibles a las luxaciones, y para resolver acciones pasivas con discreción, generando la menor violencia posible.
Técnicas de Aplastamiento:
Estas técnicas se realizan con el Keibô aplicándolo longitudinalmente. El objetivo serán las zonas con mayor masa ósea y menor masa muscular, para trabajar directamente el sobre el periostio y nervios por aplastamiento sobre los huesos. Generando un gran dolor, muy intenso en zonas como las apófisis de los huesos, zonas del cráneo y la mandíbula, zona clavicular, esternón y plexo solar, dorso de la mano y falanges, etc., nos facilita la ejecución de numerosas técnicas al poder imprimir una mayor o menor presión y/o rozamiento.
Técnicas de Palancas, Inmovilizaciones y Conducciones:
En estos casos se usa el Keibô en toda su extensión para poder controlar una, dos y hasta tres articulaciones, he aquí la importancia en las dimensiones de nuestro Keibô de 55 cm. Con estas técnicas conseguimos un control completo del individuo, limitando todas sus opciones de contraataque y por consiguiente salvaguardar nuestra integridad física y la de terceras personas.
Es muy común hacer uso de varias de estas técnicas a la vez, interactuando unas con otras, es decir, en la realización de una técnica completa podemos estar realizando una Técnica por Aplastamiento, a la vez que realizamos una Técnica de Palanca, para la ejecución de una luxación, de la misma forma que podemos realizar una Técnica de Inmovilización y/o Conducción y al mismo tiempo aplicar una Técnica de Presión.
Hemos dicho que sólo en nuestros Katas Básicos encontramos hasta 70 acciones distintas de trabajo con el Keibô y ciertamente es un trabajo básico si nos damos cuenta de la amplitud de trabajo que puede llegar a generar el uso del Keibô en unas manos expertas, sirva este pequeño ejemplo:
Si queremos realizar una luxación de proyección como un Kote Gaeshi, en la ejecución de la misma, podemos hacer uso del Keibo para conseguir una mayor efectividad, utilizándolo en distintas zonas del cuerpo del adversario como el dorso de la mano, sobre los dedos, en la articulación de la muñeca o el codo, en la axila, clavícula, zona maxilar, esternón, etc., sin profundizar demasiado nos encontramos al menos con ocho espacios de trabajo frente a una sola técnica, por lo que El Keibo, nos permite hacer un número prácticamente inagotable de técnicas, puesto que una vez interiorizado el fundamento y uso de este útil, podemos recrearnos en el desarrollo de una técnica ya conocida.